And so we grace another table...

…and raise our glasses one more time. Pues sí, porque una vez más, estoy a punto de culminar un ciclo. Un ciclo que, si no fuera por las circunstancias adversas que se presentaron en mi camino durante el mismo, no tendría tanto significado para mí. De hecho, desde el punto de vista académico, para mí no tiene mucha importancia. Lo importante que le veo es, precisamente, que llegué al final. Pase lo que pase el próximo lunes, (me reprueben, me den una revolcada los sinodales, me digan que el trabajo no sirve, etc.), para mí lo importante es haber llegado al final. ¿Por qué? Principalmente porque durante un largo periodo de tiempo, en realidad pensé que no iba a llegar a este momento. Y no lo podrán negar muchos de ustedes que fueron receptores de mis eternos lamentos y pensamientos pesimistas. Incluso hubo un tiempo en que ya había “tirado la toalla”. Me había rendido pues. Y las razones son muchas. Algunos de ustedes las conocen, otros no. Pero ya en este momento las explicaciones no vienen al caso. Habrán otras ocasiones para platicar y explicar mis -como siempre- misteriosas frases. Más bien ahora es el momento de agradecer a todos y cada uno de ustedes por haberme ayudado a llegar a este momento, que, como les repito, su importancia radica en que llegué después de que les juro que pensé que ya no iba a llegar. Gracias por aguantar mis interminables quejas y lamentos (Gracias Ivette, Edith, Dany (now with Leny!), Elenita, el gran Tavo, Joss y Didier (con quienes formé las Tres Mascaritas), Mely, Lety, Elisabetta (mi ídolo juvenil!), Rebe, Nancy Areli, Paty (my Jedi Master), Yolo, Sidurti-Sama (reverencia incluida), Antoinette, Enita, Chío, Patyto (quien siempre me echa porras), Luisita Fernanda, Bruno, Nyd, Iliana, Nad, Keny), mis continuos abandonos (porque en realidad no podía verlos ni estar mucho tiempo con ustedes: The whole Family of Mine, the Band of Magic, Pola, Claus, Griss, All the Ilusas Team) y hasta mis continuas impuntualidades e irresponsabilidades (especialmente a los que fueron mis maestros en este periodo: Arturo, Jane, Marlen, Esther, Linda, Sheila, Graciela, Tania B., Tania O., Adriana). Todo fue con en el intento de lograr llegar a este momento. Y parece que lo logramos. Evidentemente no he mencionado a todos, sería imposible, además de que no quisiera omitir alguno, pero ustedes saben quienes son y que los llevo en mi corazón. Gracias a todos.