Versión noticiero:
Sismo de 6.4 grados Richter sacude la Ciudad de México, la madrugada del 13 de abril del 2007.
Versión Jishin:
Recién me acababa de acostar (me fui a dormir casi a la medianoche). Pero ya estaba soñando alguna cosa cuando, entre sueños, pude sentir claramente que la cama se estaba moviendo. Abrí los ojos y ví a los dos pequeños gatos ya muy despiertos y mirando muy intrigados a su alrededor (evidentemente, ellos se habían dado cuenta primero). Volteé inmediatamente hacia mi detector de sismos casero (un avión de juguete que cuelga del techo de mi cuarto): estaba balanceándose con gran ritmo. No había ninguna duda: ¡era un sismo! Y uno fuerte, pues al ponerme de pie pude sentir claramente ese balanceo yo mismo. Como pude, me puse unos tenis y al ver que el evento no cesaba, me dirigí a la puerta. Comencé a abrir las cerraduras y en ese momento me llamó la atención que nadie estaba saliendo del edificio “¿Estarán dormidos todos? ¿no estarán sintiendo?” me preguntaba al tiempo que desaceleraba mi prisa por salir. Al mismo tiempo sentí como iba disminuyendo el movimiento. Finalmente había terminado. Me asomé por las ventanas No había nadie. Pero el sismo había sido muy fuerte, por lo que me imaginé que en otras parte de la ciudad se habría sentido mucho peor. “Fue mayor a 6” fue lo primero que me vino a la mente. Me acerqué al reloj de pared de la sala: “veinte para la una”. No me quedaba de otra que regresar a la cama e intentar conciliar el sueño “Sólo espero que haya sido el evento principal y no un premonitorio” dije entre mí. ¡Qué manera de asustarme a mí mismo! Ese pensamiento me quitó el sueño durante varios minutos, hasta que me convencí de que era improbable y además que era ocioso pensar esas cosas y me quedé dormido, tan dormido que no sentí las dos siguientes sismos, que afortunadamente fueron réplicas. Lo último que pensé antes de regresar al reino de Morfeo, fue lo frágiles que somos. Lo pequeños que en realidad somos ante la naturaleza y la facilidad con que olvidamos este hecho. Pero en menos de un minuto, nuestro planeta se encarga de recordárnoslo. ¿Y a ustedes, cómo les fue de temblor?
Sismo de 6.4 grados Richter sacude la Ciudad de México, la madrugada del 13 de abril del 2007.
Versión Jishin:
Recién me acababa de acostar (me fui a dormir casi a la medianoche). Pero ya estaba soñando alguna cosa cuando, entre sueños, pude sentir claramente que la cama se estaba moviendo. Abrí los ojos y ví a los dos pequeños gatos ya muy despiertos y mirando muy intrigados a su alrededor (evidentemente, ellos se habían dado cuenta primero). Volteé inmediatamente hacia mi detector de sismos casero (un avión de juguete que cuelga del techo de mi cuarto): estaba balanceándose con gran ritmo. No había ninguna duda: ¡era un sismo! Y uno fuerte, pues al ponerme de pie pude sentir claramente ese balanceo yo mismo. Como pude, me puse unos tenis y al ver que el evento no cesaba, me dirigí a la puerta. Comencé a abrir las cerraduras y en ese momento me llamó la atención que nadie estaba saliendo del edificio “¿Estarán dormidos todos? ¿no estarán sintiendo?” me preguntaba al tiempo que desaceleraba mi prisa por salir. Al mismo tiempo sentí como iba disminuyendo el movimiento. Finalmente había terminado. Me asomé por las ventanas No había nadie. Pero el sismo había sido muy fuerte, por lo que me imaginé que en otras parte de la ciudad se habría sentido mucho peor. “Fue mayor a 6” fue lo primero que me vino a la mente. Me acerqué al reloj de pared de la sala: “veinte para la una”. No me quedaba de otra que regresar a la cama e intentar conciliar el sueño “Sólo espero que haya sido el evento principal y no un premonitorio” dije entre mí. ¡Qué manera de asustarme a mí mismo! Ese pensamiento me quitó el sueño durante varios minutos, hasta que me convencí de que era improbable y además que era ocioso pensar esas cosas y me quedé dormido, tan dormido que no sentí las dos siguientes sismos, que afortunadamente fueron réplicas. Lo último que pensé antes de regresar al reino de Morfeo, fue lo frágiles que somos. Lo pequeños que en realidad somos ante la naturaleza y la facilidad con que olvidamos este hecho. Pero en menos de un minuto, nuestro planeta se encarga de recordárnoslo. ¿Y a ustedes, cómo les fue de temblor?
2 comentarios:
Saludos mi estimado Chilango-Magic, asi que Morfeo te llamaba mintras la tierra le daba comezón. Bueno te mando un saludo y el link de la página que te dije, acepto comrentarios. Bueno sin mas por el momento te mando un cordial saludo, otra vez. http://mx.geocities.com/osalasd10/
Así es, mi estimado Tavo. Lord Morpheus es muy poderoso. Aunque en estos días estoy tan tenso que no puedo dormir. Esto es porque cada vez me queda menos tiempo para terminar la Holy Thesis. En fin, en breve ya les estaré contando por este medio sobre mis avances y desventuras en esos escabrosos menesteres de la titulación. =)
Publicar un comentario